Multitudinaria protesta en Nueva Zelanda por los derechos maoríes

Miles de personas marcharon en Wellington para rechazar un proyecto de ley que busca cambiar el Tratado de Waitangi.

Más de 42.000 personas colmaron las calles de Wellington, Nueva Zelanda, en una de las manifestaciones más grandes en apoyo a los derechos indígenas maoríes. Aunque el motivo central fue el rechazo a un controvertido proyecto de ley que reformaría el Tratado de Waitangi, el evento se convirtió en una celebración de la identidad cultural maorí, una fuerza que la colonización intentó borrar.

Shanell Bob, una de las manifestantes, expresó: "Estamos luchando por nuestros ancestros y por las generaciones futuras. Queremos que nuestros hijos y nietos tengan lo que nosotros no pudimos".

Solidaridad más allá de las raíces

La protesta no solo congregó a indígenas maoríes, sino también a personas de distintas culturas y edades. Desde las paradas de colectivos hasta las calles, se podía ver el apoyo de no maoríes portando banderas y pancartas. Escuelas locales incluso eximieron a estudiantes de asistir a clases para participar en la marcha, y el alcalde de Wellington se sumó al movimiento.

Carteles con mensajes como "Orgullo de ser maorí" o denuncias sobre las históricas expropiaciones de tierras evidenciaron una creciente conciencia social en torno a los derechos indígenas.

El controvertido proyecto de ley

La propuesta, impulsada por el legislador libertario David Seymour, busca modificar los principios del Tratado de Waitangi, extendiéndolos a todos los ciudadanos. Sin embargo, críticos afirman que diluiría los derechos maoríes, creando divisiones en la sociedad.

Aunque el proyecto tiene escasas probabilidades de convertirse en ley, ha encendido el debate sobre la relación entre la corona británica y los indígenas, reafirmando la importancia del tratado como un símbolo de respeto y reconocimiento mutuo.

Un nuevo capítulo en la lucha por la igualdad

Entre cantos tradicionales maoríes y banderas que ondeaban al viento, la protesta marcó un punto de inflexión. "Hoy somos más fuertes", dijo Bob, destacando el orgullo y la fortaleza de las nuevas generaciones.

Esta manifestación no solo representó un reclamo por los derechos establecidos en el tratado, sino también una reafirmación de la identidad maorí y una invitación a toda la sociedad neozelandesa a unirse en el camino hacia la igualdad.

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