Rusia encendió las alarmas diplomáticas este jueves al advertir que interpretará como una "participación directa" de Alemania en la guerra cualquier ataque ucraniano realizado con misiles Taurus de fabricación alemana.

La advertencia surge luego de que Friedrich Merz, quien se perfila como próximo canciller alemán, dijera estar dispuesto a considerar el envío de esos misiles a Ucrania. La vocera del Ministerio de Relaciones Exteriores ruso, María Zajárova, fue tajante: cualquier ofensiva con misiles Taurus sobre infraestructura crítica rusa "será vista como una acción directa de Alemania en el conflicto".

Cambio de postura política en Berlín

Hasta ahora, el gobierno alemán, liderado por Olaf Scholz, se había mantenido firme en su negativa a autorizar el envío de estos misiles de largo alcance. Sin embargo, Merz, en declaraciones recientes, abrió la puerta a esa posibilidad, siempre y cuando exista un consenso con los socios europeos.

El debate sobre el apoyo militar a Ucrania se intensifica dentro de Alemania justo cuando el país se prepara para un cambio de liderazgo. La postura de Merz marca un giro con respecto a la cautela de Scholz, y sugiere una alineación más estrecha con otros países occidentales.

Apoyo internacional y tensiones crecientes

Rusia viene señalando hace tiempo su rechazo al suministro de armas occidentales a Ucrania, especialmente aquellas capaces de alcanzar objetivos dentro del territorio ruso. Tanto Estados Unidos como Reino Unido ya proveyeron misiles de largo alcance a Kiev, y Londres expresó su respaldo a Berlín si decide seguir el mismo camino.

Con el conflicto superando los tres años de duración, cada nuevo movimiento militar o político reconfigura el tablero internacional. La advertencia rusa agrega más tensión a una situación que sigue lejos de encontrar una salida diplomática.