Tras las críticas de Milei, Victoria Villarruel se desliga del aumento de sueldos en el Senado

La vicepresidenta Villarruel respondió a las críticas del presidente Javier Milei y aclaró que no tiene facultades para frenar los aumentos salariales de los senadores.

En un contexto de tensión dentro del gobierno, Javier Milei expresó su descontento sobre los incrementos en las dietas del Senado durante una entrevista en el programa de streaming Neura. "Levantan la manito, se suben la dieta y se inventan el aguinaldo. Dos veces lo hicieron. Después tenemos impostores que hablaban de principios y los tuvimos que echar", señaló, en alusión a Francisco Paoltroni.

Por su parte, Villarruel utilizó la red social X para responder no solo a Milei, sino también a un usuario que le reclamaba por los aumentos. "Para terminar con los comentarios ignorantes, no cobro aguinaldo y mi sueldo está congelado desde el año pasado", afirmó la vicepresidenta.

Además, agregó: "No soy senadora, por lo que no decido sobre sus elecciones en el recinto, el cual es diferente en sus reglas a la Cámara de Diputados. Dicho esto, Feliz Navidad y que el 2025 te encuentre con más sabiduría que este que se va".

Diferencias dentro del oficialismo

La discrepancia pública entre Milei y Villarruel expone una brecha en la visión y manejo de los privilegios legislativos dentro del oficialismo. Mientras que Milei sugirió que su compañera de fórmula podría haber actuado con mayor determinación para frenar los aumentos, Villarruel insistió en que no tiene injerencia en las decisiones internas del Senado.

"Ella dice que no puede hacer nada. No sé, Martín (Menem) hace... les recortó un montón de privilegios. Qué se yo. Yo no estoy en esa silla. Yo estoy en la silla eléctrica", comentó Milei, estableciendo un paralelismo con la gestión de su par en La Rioja.

Un debate sobre sueldos y privilegios

El aumento de las dietas en el Senado reaviva el debate sobre los sueldos y beneficios de los funcionarios públicos en un contexto económico marcado por la inflación y las dificultades financieras que enfrenta la ciudadanía.

Aunque Villarruel ha sido enfática en desligarse de la medida, las críticas reflejan la creciente presión social y política para reducir los privilegios de los legisladores. Por su parte, el presidente Milei continúa utilizando un tono frontal contra estos incrementos, buscando alinearse con su discurso de austeridad.

La polémica, lejos de resolverse, deja en evidencia las tensiones internas en el gobierno y la sensibilidad de una sociedad que exige mayores gestos de empatía y transparencia de sus representantes.

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