El pinturagate: mitos y verdades del vestuario del Monumental
River Plate va por el milagro ante Atlético Mineiro. Qué pasó en la previa.
La previa del partido River-Mineiro estuvo marcada por el llamado "Pinturagate", un rumor que circuló desde Brasil sobre un supuesto olor a pintura fresca en el vestuario visitante. ¿Qué sucedió realmente?
Los Rumores que Generaron Inquietud
En las horas previas al esperado encuentro, más de 25 mil hinchas de River Plate se concentraron para alentar al equipo, generando un ambiente de fervor. Sin embargo, desde Belo Horizonte comenzaron a surgir informaciones sobre la preocupación de los dirigentes del Atlético Mineiro por un olor a pintura en el vestuario. Según estas versiones, se insinuaba que los directivos de River podrían haber intentado afectar a los rivales manteniéndolos encerrados en el vestuario por más tiempo del necesario.
La Realidad Detrás del Rumor
La verdad detrás de este Pinturagate es mucho más simple. Las reformas en el Monumental incluyen la remodelación del vestuario visitante, y como parte del cronograma habitual, los trabajos se completaron un día antes del partido. Las últimas manos de pintura se aplicaron el lunes, y tras la adecuada ventilación, el olor de la pintura se disipó antes del mediodía del martes, cuando los empleados de Mineiro lo verificaron.
El "Pinturagate" se convirtió en una anécdota más de la historia de la Copa Libertadores, recordando que, a veces, los rumores pueden distorsionar la realidad en momentos de alta tensión deportiva.
Un almuerzo de camaradería
El mismo día, los dirigentes del Galo estaban compartiendo un almuerzo amistoso con sus colegas de River en el restaurante Glorias, ubicado cerca del Museo del club. Esta reunión evidenció la buena relación entre ambos equipos, alejando cualquier idea de estrategias desleales.
El Contexto del Partido
El clima previo al partido estaba impregnado de nostalgia por la Copa Libertadores, y la presión sobre los jugadores de Mineiro era palpable. La intención de River Plate, tras un 0-3 en el partido de ida, era clara: buscar la remontada, dejando todo en la cancha, pero siempre dentro del marco de la deportividad.