El presidente argentino, Javier Milei, llegó a Roma acompañado de una comitiva oficial para participar mañana en el funeral del Papa Francisco. Lo acompañará, en el desarrollo de la ceremonia oficial, Sergio Mattarella - presidente italiano- y la primera ministra Giorgia Meloni. Milei llegó justo después del sellado del féretro y no pudo dar su último adiós al Sumo Pontífice.

Un funeral de Estado con la presencia de jefes de Estado y monarcas internacionales

El funeral de Francisco reunirá a una impresionante cantidad de dignatarios de todo el mundo. Se espera la asistencia de 50 jefes de Estado y 10 monarcas, quienes participarán de la misa en la Plaza de San Pedro. El portavoz vaticano, Matteo Bruni, confirmó que 130 delegaciones internacionales han confirmado su presencia, aunque la cifra podría aumentar a medida que se acerque la fecha.

Entre los asistentes más destacados se encuentran los reyes de España, Felipe VI y Letizia, los príncipes de Mónaco, Alberto y Charlène, y la Casa Real de Bélgica. La ausencia más notoria será la de la Reina Máxima de los Países Bajos, quien, aunque católica, no podrá asistir. Además, el presidente estadounidense Donald Trump aprovechará su estancia en Roma para mantener varias reuniones bilaterales, aunque aún no ha especificado con quién.

La despedida del Papa Francisco: detalles del entierro y medidas de seguridad

Tras la misa en la Plaza de San Pedro, el cuerpo del Papa Francisco será trasladado en un cortejo fúnebre por las calles de Roma, pasando frente a algunos de los monumentos más emblemáticos de la ciudad, como el Coliseo. Se espera que decenas de miles de fieles se reúnan para presenciar este último adiós.

La tumba de Francisco será sencilla y en mármol, con la inscripción "Franciscus". Se destacará una reproducción de la cruz pectoral que utilizaba el Papa durante su pontificado. Además, para garantizar la seguridad, las autoridades italianas han impuesto una zona de exclusión aérea sobre la ciudad y han desplegado sistemas antidrones.

Este evento será un momento histórico para la Iglesia Católica y para el pueblo argentino, que se despide de un Papa que dejó una huella indeleble en el mundo.