Mónica Farro reveló cómo fueron sus visitas íntimas en la cárcel de Ezeiza
La actriz y vedette abrió su corazón sobre lo que implicaba mantener una relación con Juan Suris.
En la Argentina, las visitas íntimas, también conocidas como conyugales o higiénicas, están habilitadas en las cárceles bajo ciertas condiciones específicas. Estas visitas permiten que los reclusos puedan mantener un encuentro sexual con su pareja, siempre y cuando se cumplan una serie de normativas de seguridad y conducta.
En el caso de los presos en establecimientos federales, como la prisión de Ezeiza, las condiciones para acceder a este tipo de encuentros incluyen la necesidad de acreditar un vínculo afectivo formal y que ambas partes tengan una calificación de conducta "buena". Las visitas son organizadas en turnos, y es imprescindible que se respeten las medidas sanitarias indicadas por el Ministerio de Salud para evitar riesgos de contagio.
Mónica Farro comparte su experiencia en las visitas a la cárcel
La actriz y vedette Mónica Farro abrió su corazón sobre lo que implicaba mantener una relación con Juan Suris, quien estuvo encarcelado por varios años tras ser acusado de delitos relacionados con el narcotráfico y la asociación ilícita. Farro, quien decidió acompañarlo en todo su proceso judicial, detalló las condiciones bajo las cuales realizaba las visitas íntimas en prisión.
Es complicado, pero no lo sentí tan horrible, explicó Mónica, al recordar cómo debía organizarse para cumplir con los requisitos de las visitas.
En su caso, debía cumplir con un turno asignado, entrar con un código de vestimenta específico y llevar sus propios elementos para hacer más cómodo el encuentro. Sin embargo, a pesar de la incomodidad de las reglas, la necesidad de ver a su pareja la motivaba a continuar con esas visitas, aunque con el tiempo la relación se fue enfriando.
El riesgo y la estigmatización social detrás de las visitas
Más allá de la incomodidad de las visitas, Farro compartió el lado más humano de esta experiencia: las amenazas y el miedo constante que vivía al estar rodeada de delincuentes dentro de la prisión. En una entrevista, recordó una ocasión en la que su exnovio, Juan Suris, le advirtió que no saliera de su casa debido a una pelea violenta que se había desatado dentro del penal. "Me llamó y me dijo: ‘No salgas'", relató Farro, mencionando el miedo y las tensiones que, aunque ajenas a ella, la afectaban emocionalmente.
Además de los riesgos físicos, Mónica también tuvo que enfrentar el juicio social. Las críticas por su relación con un hombre preso y por mantener visitas íntimas dentro de la cárcel fueron constantes. En su defensa, la actriz expresó: "Cuando me dicen ‘sucia' por entrar a una cárcel a tener sexo, prefiero hacerlo con la persona que amaba en ese momento y no con cualquier persona afuera". Esta declaración reflejó cómo, a pesar de la presión externa, ella se mantuvo firme en sus sentimientos y en la decisión de seguir con la relación, aunque las circunstancias fueran extremadamente complejas.