Este sábado, el Papa Francisco será sepultado en la Basílica de Santa María la Mayor, tal como él mismo dejó escrito en su testamento. En un gesto coherente con su vida y su pontificado, pidió una tumba sencilla, sin lujos ni elementos ostentosos. Pero hay un detalle que todavía intriga dentro y fuera del Vaticano: ¿quién financió su sepultura?

Según trascendió, los costos fueron cubiertos por un misterioso benefactor, cuya identidad permanece bajo reserva. Las versiones van desde un "amigo cercano" hasta la posibilidad de que haya utilizado parte de las donaciones que recibió a lo largo de sus años como líder de la Iglesia. Nada confirmado, solo conjeturas.

Una relación especial con Santa María la Mayor

Francisco eligió descansar en un lugar que tuvo un significado profundo para él: la Basílica de Santa María la Mayor, en Roma. Durante su pontificado, visitó más de un centenar de veces a la imagen de la Virgen "Regina della Pace", a la que recurría en momentos de crisis y decisiones clave.

La capilla donde reposará se encuentra en la llamada "Bauna" de las cinco grandes basílicas papales, bajo la custodia del Capítulo Liberiano, una institución históricamente vinculada a la nobleza española. Allí, el papa pidió que su tumba esté bajo tierra, en absoluta sobriedad.

Silencio vaticano y señales desde dentro de la basílica

El testamento también indica que el dinero para los gastos de la sepultura será entregado directamente a la basílica, siguiendo las instrucciones del monseñor Rolandas Makrickas. El Vaticano, por ahora, mantiene hermetismo sobre quién aportó esos fondos.

Sin embargo, dentro de Santa María la Mayor, algunos canónigos hablan con una mezcla de tristeza y satisfacción. El maestro de música sacra, monseñor Valentino Miserachs Grau, fue uno de los que se expresó: "Él deseaba mucho ser enterrado aquí, y estamos listos para recibirlo".

El secreto sobre el benefactor tal vez se mantenga para siempre. Pero lo que ya es evidente es que, incluso en la muerte, Francisco eligió dejar un mensaje de humildad y coherencia.