Cónclave en marcha: los cardenales debaten el futuro Papa tras la muerte de Francisco

Los cardenales ya se encuentran en Roma, pero aseguran que aún no hay decisiones tomadas. El proceso para elegir al sucesor de Francisco ya comenzó, pero por ahora reina la reflexión.

Tras el fallecimiento del Papa Francisco, el Vaticano activó de inmediato el protocolo conocido como Sede Vacante, el mecanismo que marca el inicio de la transición hacia un nuevo liderazgo en la Iglesia católica. Mientras se prepara el terreno para el próximo cónclave, los cardenales encargados de elegir al nuevo Pontífice ya están en Roma, aunque insisten en que aún no es momento de definiciones.

Estamos en fase de discusiones, no de decisiones, explicó el cardenal François Xavier Bustillo, dejando en claro que el ambiente actual es más reflexivo que resolutivo. 

En sus palabras, destacó también el legado del papa Francisco, a quien describió como "un hombre libre que amaba a la gente" y alguien que "humanizó la Iglesia sin quitarle su esencia".

La elección del nuevo Papa: pasos y tiempos

El proceso para designar al próximo Papa no es inmediato. Una vez declarada la Sede Vacante, el gobierno de la Iglesia queda en manos del Colegio Cardenalicio, que gestiona los asuntos cotidianos hasta que se convoque al cónclave. Este se celebra entre los 15 y 20 días posteriores a la muerte del Sumo Pontífice.

Durante ese cónclave, solo los cardenales menores de 80 años tienen derecho a voto. La elección se realiza en la Capilla Sixtina y se necesita una mayoría de dos tercios para que uno de ellos sea proclamado nuevo Papa. Cuando finalmente se alcanza ese consenso, el humo blanco en la chimenea indica al mundo que la espera ha terminado.

Un legado que marca la elección

El ambiente en Roma es de recogimiento, pero también de análisis. El cardenal Fernando Filoni pidió evitar especulaciones prematuras: "Los medios apuestan sobre el futuro, pero dejémoslo para cuando llegue el momento".

Más allá de los nombres que puedan sonar, los cardenales tienen en mente el estilo de Francisco, su cercanía con la gente y su intento de modernizar ciertos aspectos del Vaticano sin romper con la tradición. El futuro Papa no sólo deberá continuar con esa línea o marcar una nueva, sino también asumir los desafíos actuales de la Iglesia en un mundo cada vez más complejo.

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