Corea del Sur: la moción para destituir a Yoon Suk-yeol fracasa en el Congreso
El presidente surcoreano enfrenta una crisis política tras declarar y retirar la Ley Marcial en medio de protestas masivas.
La moción impulsada por la oposición en Corea del Sur para destituir al presidente Yoon Suk-yeol no prosperó este sábado en la Asamblea Nacional. A pesar del apoyo de 192 parlamentarios opositores y tres oficialistas, el boicot del gobernante Partido del Poder Popular (PPP) dejó la votación sin los 200 votos requeridos para avanzar.
El debate giró en torno a la polémica decisión del presidente de declarar el estado de excepción el pasado 3 de diciembre, medida que revirtió seis horas después debido al fuerte rechazo político y social. Aunque la oposición domina la cámara, la retirada de los diputados del PPP marcó el destino de la iniciativa.
Crisis política y tensión social
El fallido intento de destituir a Yoon ocurre en un contexto de creciente malestar ciudadano. Alrededor de 149.000 personas se manifestaron frente al Parlamento mientras se desarrollaba la votación, exigiendo la renuncia del presidente.
Además, una moción previa para investigar por corrupción a la primera dama, Kim Keon-hee, también fue rechazada. Esto dejó entrever las profundas divisiones en el Congreso y la estrategia del oficialismo para evitar cualquier avance de la oposición.
En un ambiente de alta tensión, los enfrentamientos verbales entre diputados del PPP y del Partido Democrático (PD) reflejaron la fractura política que atraviesa el país.
Un futuro incierto para Yoon
Con dos años y medio de mandato por delante, el panorama para Yoon Suk-yeol parece sombrío. Su propia fuerza política comienza a cuestionar su liderazgo, mientras la oposición anuncia que no desistirá en sus intentos de destituirlo, convocando sesiones extraordinarias de forma recurrente.
Las investigaciones sobre la aplicación de la Ley Marcial podrían complicar aún más su situación. Tanto altos mandos militares como el propio presidente enfrentan acusaciones de abuso de poder e insurrección, lo que agrava la presión para una eventual dimisión o recorte de su mandato.
El desenlace de esta crisis política será clave no solo para el futuro de Yoon, sino también para el rumbo político de Corea del Sur en los próximos años.