De película: 3.000 policías detuvieron al presidente destituido Yoon Suk Yeol en Corea del Sur
El exmandatario llevaba semanas refugiado en la residencia de Hannam-dong.
En Corea del Sur la tensión política ha alcanzado niveles extremos. Más de 3.000 agentes de policía fueron desplegados para intentar ejecutar una orden judicial que buscaba la detención del presidente destituido Yoon Suk Yeol. La operación se lleva a cabo en medio de acusaciones de corrupción y una serie de eventos que parecen sacados de un guion de película. La residencia presidencial en Hannam-dong, Seúl, se ha convertido en un epicentro de enfrentamientos entre las fuerzas del orden y el equipo de seguridad de Yoon, quien se encuentra atrincherado desde hace semanas.
Yoon defiende su postura en medio del caos
Yoon Suk Yeol, en un comunicado oficial, defendió su decreto de ley marcial, asegurando que fue una respuesta legítima ante lo que él considera una oposición antigubernamental que amenaza su agenda. El presidente también afirmó que accedió a colaborar con la investigación, a pesar de calificarla de ilegal, para evitar un enfrentamiento violento. El contexto de su decisión fue un intento de protegerse de una posible destitución en medio de una situación política cada vez más compleja.
El enfrentamiento se intensifica: ¿Golpe de Estado en Corea del Sur?
La situación ha escalado, con investigadores anticorrupción y policías enfrentando una resistencia feroz del servicio de seguridad presidencial, que utiliza barreras físicas y vehículos para bloquear el acceso a la residencia de Yoon. Esta confrontación surge después de que se emitiera una orden de arresto contra el presidente, quien está siendo investigado por su posible intento de llevar a cabo un golpe de Estado con la declaración de la ley marcial el pasado diciembre. La investigación está centrada en determinar si esa medida fue un intento de subvertir las instituciones democráticas del país.
El futuro de Yoon Suk Yeol: ¿Una salida negociada?
El presidente Yoon se enfrenta a una situación crítica, con una orden de detención que sigue vigente hasta el 21 de enero. Sin embargo, su equipo legal continúa resistiéndose a que se ejecute dicha orden, alegando que las leyes protegen ciertos lugares vinculados a secretos militares. La tensión ha aumentado tanto que incluso el viceprimer ministro, Choi Sang-mok, intervino llamando a la calma y pidiendo que no se produzcan enfrentamientos físicos. Mientras tanto, Yoon sigue atrincherado en su residencia, a la espera de una resolución judicial que podría marcar el fin de su mandato o la restauración de su poder.