El ex presidente sirio revela detalles sobre su huida a Rusia

Bashar Al-Assad detalló su salida de Damasco a Rusia tras la caída de su régimen, asegurando que fue una evacuación táctica y no una huida. Su relato subraya la intervención rusa y la imposibilidad de resistencia ante el avance de insurgentes islamistas.

El ex-presidente sirio Bashar Al-Assad ha roto el silencio sobre su partida abrupta de Damasco hacia Rusia, un evento que marca el fin de su largo y controvertido reinado. En una declaración que ha sacudido tanto a partidarios como a detractores, Al-Assad describe cómo permaneció en la capital hasta la madrugada del 8 de diciembre, cumpliendo con sus deberes presidenciales hasta que los insurgentes islamistas de la coalición Hayat Tahrir al-Sham (HTS) tomaron la ciudad. Según su relato, no había planificado su salida hasta que la situación en el terreno se volvió insostenible, momento en el que se coordinó con "amigos rusos" para su evacuación a Latakia.

La Decisión de Evacuación y la Llegada a Rusia

La evacuación hacia Latakia, una región costera con fuerte presencia militar rusa, fue parte de un plan inicial para continuar dirigiendo las operaciones militares desde allí. Sin embargo, al llegar a la base aérea rusa de Hmeimim, Al-Assad se enfrentó a la realidad de que todas las líneas de defensa habían colapsado, haciendo inviable cualquier esfuerzo de resistencia desde Siria. Fue en este contexto que Rusia decidió evacuarlo a Moscú, donde se le habría ofrecido asilo "por razones humanitarias". La decisión de abandonar el país no fue, según Al-Assad, una opción personal de renuncia o huida, sino una movida táctica en medio del colapso total del ejército sirio ante los avances de los grupos insurgentes.

En su declaración, Al-Assad se presenta como un líder que nunca buscó poder personal, sino que vio su rol como parte de un proyecto nacional apoyado por el pueblo sirio. Rechazó cualquier sugerencia de traición al país, enfatizando su compromiso durante más de una década de guerra civil, incluso cuando su vida y la de su familia estuvieron en peligro. Asegura haber rechazado "acuerdos y tentaciones" durante el conflicto, subrayando su lealtad a Siria. Sin embargo, con la caída de su gobierno en manos de lo que él denomina "terroristas", Al-Assad reconoce que su posición como presidente se volvió "sin sentido", marcando un capítulo cerrado en la historia de Siria.

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