Elecciones en Ecuador: el correísmo apuesta al respaldo indígena para volver al poder
Con Rafael Correa exiliado, Luisa González busca llegar a la presidencia con apoyo de Pachakutik, pese a viejas tensiones.
Este domingo, Ecuador define su futuro político en un balotaje ajustado. Luisa González, la candidata de la Revolución Ciudadana, intentará volver a llevar al correísmo al poder tras ocho años en la oposición. Con Rafael Correa exiliado en Bruselas y su figura marcada por escándalos de corrupción, la campaña de González se apoya en una alianza estratégica con sectores del movimiento indígena, un respaldo que podría inclinar la balanza.
Aunque en primera vuelta Daniel Noboa superó a González por una diferencia mínima -apenas 16.746 votos- el panorama sigue abierto. El apoyo del partido indígena Pachakutik, liderado por Leónidas Iza, puede ser decisivo. Pero no es un apoyo unánime: existen tensiones internas en la comunidad indígena, y muchas voces aún cuestionan el vínculo con el correísmo.
La relación entre Pachakutik y el correísmo: ¿una alianza con fisuras?
Durante los gobiernos de Correa (2007-2017), el movimiento indígena fue uno de los principales opositores, enfrentando al Ejecutivo por proyectos extractivistas que afectaban sus territorios. Las movilizaciones fueron masivas y las tensiones, profundas.
Hoy, esa historia pesa. Si bien el respaldo de Pachakutik a Luisa González es oficial, no se trata de un cheque en blanco. "Hay rupturas internas en el movimiento indígena, y eso puede impedir un apoyo homogéneo", explica Glaeldys González, analista del Crisis Group. Algunos sectores aún desconfían del correísmo, mientras que otros ven en su proyecto político una opción más cercana a sus demandas históricas.
Correísmo vs. oficialismo: dos visiones de país en medio del caos
Ecuador atraviesa una grave crisis de seguridad: es el país más violento de la región, con tasas de homicidio récord y un narcotráfico que avanza sin freno. Ante este escenario, el correísmo apela a la nostalgia: muchos votantes, sobre todo jóvenes, asocian aquellos años con estabilidad, empleo y políticas sociales.
Desde el oficialismo, en cambio, la campaña se centró en recordar los escándalos de corrupción y el autoritarismo del pasado correísta. Daniel Noboa también cargó contra la supuesta vinculación del correísmo con redes de narcotráfico. Y a eso se suma la inestabilidad institucional de los últimos años, que dejó a la sociedad agotada.
"La gente quiere un gobierno que resuelva problemas concretos. No más peleas entre poderes", dice la analista del Crisis Group. Esa fatiga, sumada al deterioro económico y las denuncias que salpican al entorno de Noboa, pueden jugar a favor de González en la recta final.