Este jueves, un fuerte terremoto de magnitud 7 sacudió la costa norte de California, específicamente al oeste de Ferndale, en el condado de Humboldt, generando una alerta de tsunami que abarcó desde Oregón hasta el norte de Santa Cruz. Afortunadamente, no se reportaron víctimas ni daños materiales, aunque el temblor derribó artículos de los estantes y obligó a los estudiantes a refugiarse bajo sus escritorios.

Estado de emergencia en California

El gobernador de California, Gavin Newsom, declaró el estado de emergencia en las áreas afectadas por el terremoto para coordinar esfuerzos de ayuda y asistencia inmediata. A través de un comunicado, el gobierno estatal informó que Newsom ordenó a las agencias y departamentos que movilizaran recursos, personal y equipos para la gestión de la emergencia según las directrices del Plan de Emergencia Estatal. "Agradecemos el sólido sistema de alerta sísmica de California, que funcionó adecuadamente para mantener a la población informada y segura", expresó el gobernador.

El sismo ocurrió a las 10:44 a.m. hora local, a una profundidad de 10 kilómetros, y fue seguido por varias réplicas, incluida una de magnitud 5,8. El epicentro se localizó al oeste de Ferndale, cerca de la frontera con Oregón. Las autoridades emitieron una alerta de tsunami para las zonas costeras de California y Oregón, que rápidamente fue cancelada al no existir riesgo real de un maremoto. El Sistema de Alerta de Tsunamis del Servicio Meteorológico de EE.UU. desactivó la alerta poco después de su emisión, tranquilizando a la población que había sido puesta en alerta.

El Servicio Geológico de EE.UU. (USGS) informó que tras el terremoto de magnitud 7, se registraron varias réplicas, con magnitudes de 5,8, 3,3, 3,7 y 4,2, lo que causó preocupación en la región. Las autoridades mantuvieron bajo vigilancia las áreas afectadas mientras monitoreaban los movimientos sísmicos subsecuentes.

El terremoto tuvo su epicentro en el condado de Humboldt, una zona mayormente boscosa situada al norte de San Francisco. Este tipo de eventos no son inusuales en la región, que se encuentra en una de las áreas sísmicas más activas de Estados Unidos. Según informes, en California y Nevada ocurren anualmente un promedio de cinco terremotos de magnitudes entre 7,0 y 8,0, lo que pone en evidencia la constante preparación y alerta de las autoridades locales.