El conflicto en Medio Oriente vive un momento crítico tras la decisión de Hamas de suspender la entrega de rehenes prevista en el acuerdo de cese al fuego con Israel. La próxima ronda de liberaciones, que debía realizarse el sábado, quedó en suspenso. Hamas argumentó que Israel no cumplió con los compromisos humanitarios, como permitir el flujo de ayuda y el retorno de gazatíes al norte del enclave.

Israel, por su parte, calificó la medida como una "violación total" de la tregua y ordenó a sus fuerzas prepararse para "cualquier escenario". La tensión entre ambas partes amenaza con desencadenar una nueva escalada de violencia en la ya devastada Franja de Gaza.

Rehenes en el limbo y presión internacional

La suspensión del acuerdo dejó en el limbo a decenas de rehenes, entre ellos siete argentinos. Shiri Silberman, sus hijos Ariel y Kfir, y Ariel Horn siguen cautivos en Gaza. El Foro de Familias de Rehenes pidió a los países mediadores que intervengan para restablecer el acuerdo.

Qatar, aliado de Estados Unidos y con vínculos cercanos a Hamas, será clave en las negociaciones. Sin embargo, el analista Paulo Botta advirtió que "ni Israel ni los palestinos están convencidos de que la tregua sea una solución".

Halcones vs. palomas: ¿quién ganará?

El conflicto interno en ambos bandos complica aún más el panorama. En Israel, sectores ultraortodoxos como el partido Poder Judío de Ben Gvir se oponen a cualquier acuerdo con Hamas y exigen reanudar la guerra. "Debemos volver a la guerra y destruir", declaró Gvir.

Por otro lado, la presión de los familiares de los rehenes y la ciudadanía israelí exige una solución pacífica. Desde el lado palestino, Hamas también enfrenta divisiones internas, con sectores que buscan frenar el acuerdo.

La segunda fase del acuerdo, que debería llevar a la liberación de todos los rehenes y el fin de la guerra, está en duda. Mientras tanto, la comunidad internacional espera que prevalezcan las voces moderadas para evitar una nueva escalada de violencia.