Todo indica que la justica llegará para Gisèle Pelicot, quien fue víctima de múltiples violaciones instigadas por su propio marido, Dominique Pelicot. A lo largo de años, él la drogó y la entregó a desconocidos reclutados en un sitio web, filmando cada abuso. En este proceso judicial, que involucra a 51 hombres, la fiscalía solicitó penas de entre 4 y 20 años de prisión para los imputados.

Los detalles del juicio y las penas solicitadas

Tras once semanas de audiencias, la fiscalía del tribunal en Aviñón concluyó su acusación y presentó las penas solicitadas. Con excepción de uno, todos los acusados enfrentan penas de 10 años o más. Dominique Pelicot, el esposo de Gisèle, se enfrenta a una solicitud de 20 años de prisión por ser considerado el "director" de este horroroso esquema de abuso. Sin embargo, la sorpresa es el caso de un jubilado de 69 años, quien se enfrenta a una pena de solo 4 años, ya que no se le acusa de violación agravada. Para el resto de los 49 acusados, las penas varían entre 10 y 18 años.

Un juicio que marcará un antes y un después

Este caso ha causado un gran impacto en Francia y en todo el mundo, ya que se considera un símbolo en la lucha contra la violencia sexual y el abuso hacia las mujeres. En sus alegatos, la fiscalía subrayó la importancia de erradicar la cultura de la violación y de poner fin a la deshumanización de las mujeres en situaciones de abuso. Gisèle Pelicot, quien tiene 71 años, se ha convertido en un ícono feminista por su valentía al enfrentar este juicio sin ocultar su identidad.

Reacción del gobierno y nuevas medidas contra la violencia sexual

El Gobierno francés, encabezado por el primer ministro Michel Barnier, ha mostrado su apoyo al caso de Gisèle Pelicot y ha prometido medidas más estrictas contra la violencia sexual. Barnier destacó el coraje de la víctima y anunció nuevas iniciativas para combatir el abuso químico mediante sustancias para la sumisión, como el reembolso de kits de detección de estos productos y una campaña de sensibilización sobre este tema.

Este juicio, que continuará con los alegatos de la defensa hasta mediados de diciembre, se ha convertido en un hito para la justicia francesa y para la protección de los derechos de las mujeres.