Tras tres días de intensas negociaciones mediadas por Estados Unidos en Arabia Saudita, Rusia y Ucrania alcanzaron un acuerdo preliminar para suspender los ataques a sus infraestructuras energéticas y garantizar la libre navegación en el mar Negro. No obstante, ambas partes dejaron claro que aún existen condiciones importantes por cumplir antes de que las treguas sean efectivas, y no se firmó una declaración conjunta al final de las conversaciones.

El principal obstáculo para materializar la tregua en el mar Negro es la exigencia de Moscú de que se levanten las sanciones internacionales impuestas a su sector agrícola, las cuales incluyen la reconexión de su banco agrícola Rosseljozbank al sistema SWIFT, la eliminación de restricciones a los suministros de repuestos agrícolas, y la reactivación de los puertos comerciales rusos. Además, Rusia requiere que se liberen las restricciones financieras para las empresas y aseguradoras vinculadas a la comercialización de alimentos y fertilizantes. Washington, por su parte, se comprometió a ayudar a Moscú a avanzar hacia estos objetivos.

Serguéi Lavrov, ministro de Exteriores ruso, expresó que el Kremlin no estaba dispuesto a firmar un comunicado conjunto con Ucrania y Estados Unidos, y enfatizó la necesidad de garantías claras y verificables para asegurar que Kiev cumpla con los acuerdos. Lavrov también sugirió que Rusia preferiría negociar directamente con Estados Unidos sin la participación de Ucrania en futuras conversaciones.

En cuanto a la tregua energética, ambas partes acordaron trabajar junto a Estados Unidos para desarrollar medidas que impidan los ataques a infraestructuras clave en Rusia y Ucrania. Esto incluirá la protección de plantas de energía, gasoductos, oleoductos y refinerías. La medida también abarca la prohibición de ataques a instalaciones nucleares, un tema especialmente sensible en la guerra actual, que ha puesto en riesgo a la planta nuclear de Zaporiyia, la mayor de Europa.

Por su parte, el presidente ucraniano Volodimir Zelenski mostró cierto escepticismo sobre la implementación efectiva de los acuerdos. Aunque calificó las conversaciones como "pasos correctos", indicó que Rusia ya estaba intentando manipular los acuerdos a su favor. Zelenski insistió en que las treguas deben entrar en vigor de inmediato, aunque los detalles de su implementación aún deben ser negociados.

Mientras tanto, los combates continúan en el terreno

 El ejército ruso sigue avanzando, especialmente en la región fronteriza de Kursk, y las acusaciones mutuas sobre ataques y destrucción de patrimonio cultural persisten. El lunes, un ataque ruso en la ciudad de Sumi, en el noreste de Ucrania, dejó 101 heridos, entre ellos 23 niños. Rusia, por su parte, informó de la toma de dos localidades en el sur y este de Ucrania.

El presidente ruso Vladimir Putin acusó a las fuerzas ucranianas de destruir patrimonio cultural y espiritual en su retirada de Kursk, incluyendo la destrucción de iglesias y centros culturales. Putin denunció que incluso colocaron proyectiles en iglesias antes de abandonar ciertas localidades, lo que añade una nueva capa de tensiones en un conflicto ya altamente complejo.