En su tradicional mensaje de inicio de año dirigido a los embajadores de los países acreditados ante la Santa Sede, el papa Francisco expresó su preocupación por la "grave crisis política" en Venezuela. El Sumo Pontífice pidió respeto por los derechos de todos los venezolanos, incluidos los arrestados recientemente, y abogó por un diálogo que promueva el bien común del país.

Francisco destacó que la crisis en Venezuela solo podrá superarse "con la adhesión sincera a los valores de la verdad, la justicia y la libertad", y rechazó cualquier tipo de violencia. También deseó que las negociaciones se conduzcan con buena fe para lograr soluciones sostenibles.

Mientras tanto, en Venezuela, la oposición liderada por María Corina Machado planea una jornada de protestas contra el régimen de Nicolás Maduro. Estas movilizaciones buscan exigir un cambio político urgente en un clima de tensión y con un fuerte despliegue de seguridad en Caracas.

El pontífice también se refirió a la situación en Nicaragua, mostrando su preocupación por las medidas adoptadas contra la Iglesia, incluidos arrestos y expulsiones de sacerdotes y obispos.

Francisco subrayó que "no hay verdadera paz si no se garantiza la libertad religiosa", un derecho fundamental que implica el respeto a la conciencia de las personas y su capacidad de manifestar públicamente su fe. Además, instó a las autoridades nicaragüenses a dialogar de manera respetuosa y constructiva para resolver los conflictos.

Reflexiones del papa sobre América Latina

En su extenso discurso, el papa Francisco mencionó también a Bolivia y Colombia, destacando los retos sociales, políticos y económicos que enfrentan estos países. Hizo un llamado a la superación de los conflictos y a la construcción de una paz duradera a través del diálogo y el entendimiento.