Este sábado, el expresidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, compareció ante un tribunal de Seúl para defenderse en una audiencia crucial que podría determinar la extensión de su detención. 

El exmandatario se encuentra bajo arresto desde el miércoles pasado, tras ser detenido por la Oficina Nacional Anticorrupción en relación con la declaración de la ley marcial en diciembre.

Una detención polémica: ¿insurrección o abuso de poder?

Yoon Suk-yeol llegó al Tribunal del Distrito Oeste de Seúl escoltado por una fuerte presencia de seguridad, mientras afuera cientos de personas observaban el procedimiento judicial. Durante su declaración, el exlíder surcoreano expuso sus argumentos sobre la legalidad de su imposición del estado de excepción el 3 de diciembre, lo que desencadenó su destitución apenas once días después.

La Oficina para los Casos de Corrupción de Altos Funcionarios (CIO) solicitó el viernes pasado la extensión de su detención, tras los intentos de su defensa de demorar el proceso. La solicitud podría prolongar su arresto hasta 20 días mientras continúan las investigaciones por posibles cargos de insurrección.

En este sentido, la CIO está colaborando con la Policía y el Ministerio de Defensa para determinar si la declaración de Yoon podría haber sido un intento de golpe de Estado, delito por el cual los presidentes surcoreanos no tienen inmunidad.

El futuro judicial de Yoon: entre la detención y la restitución

Además de la investigación sobre la ley marcial, el Tribunal Constitucional de Corea del Sur tiene en sus manos otro caso crucial. Debe decidir antes de junio próximo si confirma la destitución de Yoon o, por el contrario, le devuelve sus funciones. Mientras tanto, el expresidente se ha negado a asistir a los interrogatorios previos, alegando problemas de salud.

La situación de Yoon Suk-yeol sigue siendo incierta, y la decisión del tribunal podría tener un impacto significativo en el futuro político y judicial de Corea del Sur.