En una jornada decisiva, la asamblea plenaria de la Organización de los Estados Americanos (OEA) votó para elegir representantes en diferentes espacios dependientes de la organización regional liderada por Luis Almagro. 

En la elección de cargos para el Comité Jurídico Interamericano (CJI), la representante argentina, María Isabel Jimena de la Torre, fue la única candidata que quedó afuera, compitiendo contra Claudio Troncoso de Chile, Gabriel Orellana Rojas de Guatemala y Nienke Grossman de Estados Unidos.

El CJI, uno de los órganos principales de la OEA, actúa como cuerpo consultivo en asuntos jurídicos, promoviendo el desarrollo progresivo y la codificación del derecho internacional, además de estudiar la posibilidad de uniformar las legislaciones de los países del continente. 

De los cuatro candidatos que competían por tres lugares, los elegidos fueron Troncoso, Orellana Rojas y Grossman, dejando fuera a la candidata argentina que había sido presentada oficialmente en mayo por el vicecanciller Leopoldo Sahores.

Además de los cargos en el CJI, también se votaron puestos en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Diego Moreno de Paraguay, Alberto Borea Odría de Perú y Ricardo Pérez Marique de Uruguay fueron seleccionados para estos roles.

Según fuentes cercanas a la cumbre, hubo un notable malestar con la delegación argentina, lo que casi provocó una falta de apoyo para la resolución sobre las Islas Malvinas, que finalmente se votó. La situación se agravó por el comportamiento de Ursula Basset, quien, según informes, maltrató a varios embajadores y tuvo conflictos con la representante de México, Luz Elena Baños. Basset fue acusada de utilizar un lenguaje poco diplomático y agresivo, con comentarios irónicos y desmedidos, algo inusual en este tipo de negociaciones.