La Cancillería argentina anunció este jueves la renuncia de Leopoldo Sahores como secretario de Relaciones Exteriores. Este movimiento es parte de una reestructuración más amplia impulsada por la Casa Rosada, que estuvo ejerciendo presión sobre el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto en los últimos meses. En su lugar, asumirá Eduardo Bustamante, actual Cónsul General de Argentina en Montevideo y reconocido por su cercanía al expresidente Mauricio Macri.

Según el comunicado oficial, Bustamante es un profesional del Servicio Exterior de la Nación con una trayectoria diplomática destacada. Es abogado y licenciado en ciencia política, con posgrados en seguridad internacional. Su experiencia incluye misiones en embajadas argentinas en Angola y Pakistán, así como en la coordinación de negociaciones en asuntos críticos como el terrorismo y el crimen organizado transnacional.

La salida de Sahores, quien se mantuvo cerca de la canciller Diana Mondino, puede interpretarse como un indicativo del creciente control que la Casa Rosada está ejerciendo sobre la Cancillería. En este contexto, se conoció también la salida del embajador argentino ante las Naciones Unidas, Ricardo Lagorio, quien había estado bajo la lupa del Gobierno durante la reciente visita de Javier Milei a la ONU.

Nahuel Sotelo, nuevo secretario de Culto y Civilización, está emergiendo como una figura clave en la nueva articulación entre el Ministerio de Relaciones Exteriores y la Casa Rosada, aunque su enfoque parece diferir del que mantuvo la Cancillería hasta ahora. En el comunicado, la canciller Mondino destacó la labor y compromiso de Sahores durante su gestión.

Dentro del Gobierno, hay quienes opinan que la influencia de Mondino disminuyó en los últimos meses. Este cambio se suma a la reciente salida de su jefe de Gabinete, Federico Barttfeld, quien fue nombrado embajador en Portugal, lo que refuerza la percepción de una reestructuración más amplia en el gabinete.

Este cambio en la Cancillería coincide con el anuncio del nuevo titular de la Secretaría de Energía, otro movimiento que refuerza el vínculo entre el actual Gobierno y el PRO.