La medida, que ya había sido aplicada en mayo y junio, busca evitar una interrupción en la desaceleración inflacionaria que se observó recientemente.

Inicialmente, se esperaba que la nafta y el gasoil aumentaran al menos un 18% en los surtidores a partir del próximo lunes, debido a un incremento previsto en el impuesto a los combustibles (ICL). Sin embargo, este aumento se limitará a solo un 1% en los precios finales, según confirmaron fuentes del Palacio de Hacienda a Infobae. Además, las petroleras podrían aplicar un incremento adicional del 2% debido a la devaluación mensual del peso, para mantenerse alineadas con los precios internacionales.

Caputo también anunció que las tarifas de luz y gas no se incrementarán en julio a pesar de la inflación, aunque se está trabajando en un nuevo mecanismo de indexación mensual que se implementará a partir de agosto. Esta decisión refleja la intención del Gobierno de mantener la tendencia a la baja en la inflación, evitando aumentos en rubros sensibles para los consumidores.

El Poder Ejecutivo publicará en las próximas horas un decreto que confirmará el diferimiento del incremento del ICL previsto para el próximo lunes. La medida no solo apunta a garantizar la desinflación, sino que también se ve facilitada por el superávit fiscal logrado hasta mayo y las expectativas de sanción en el Congreso de la Ley Bases y el paquete fiscal, que permitirán una mayor recaudación.

No obstante, las demoras en la aprobación de estos proyectos legislativos o un posible fracaso en su sanción podrían ser compensados con ajustes mayores en el ICL, tal como prometió el Ministerio de Economía con el Fondo Monetario Internacional (FMI). 

Desde que Javier Milei asumió la presidencia, los combustibles aumentaron más del 110% en promedio, recuperando parte del congelamiento implementado durante la gestión de Alberto Fernández.