Esta semana, Buenos Aires recibirá al equipo técnico del Fondo Monetario Internacional (FMI) para continuar con las negociaciones cara a cara sobre un nuevo acuerdo financiero. El objetivo del Ejecutivo es obtener un mínimo de USD 11.000 millones, fondos que ayudarían a acelerar la salida del cepo cambiario.

Las fuentes oficiales confirmaron que las reuniones tendrán lugar en los próximos días en el Ministerio de Economía y el Banco Central. Esta visita sucede tras la cuarta reunión entre el presidente Javier Milei y Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI, el pasado domingo en Washington. 

Georgieva expresó su intención de acelerar hacia un nuevo acuerdo, alabó el plan económico libertario de Argentina y anunció el desembarco del staff en Buenos Aires.

Los Actores Clave en la Negociación

Luis Caputo, ministro de Economía, quien acompañó a Milei en su reciente gira por Estados Unidos para la asunción de Donald Trump, regresará para participar activamente en estas negociaciones. El jefe de la misión del FMI, Luis Cubeddu, quien asumió el cargo desde septiembre, será uno de los rostros conocidos en los pasillos del Ministerio de Economía.

El Gobierno busca un programa que no solo refuerce las reservas del Banco Central sino que también permita cancelar Letras Intransferibles emitidas por el Tesoro al BCRA. La agenda específica de las reuniones aún no está definida, pero se prevé un intenso intercambio técnico. Las revisiones novena y décima del programa Extended Fund Facility (EFF) de 2022, que aún están pendientes, se realizarán en conjunto, evaluando el cumplimiento de metas de superávit primario y acumulación de reservas.

El FMI ha reconocido el avance en la política fiscal argentina, destacando la eliminación del financiamiento deficitario por parte del Banco Central, la transferencia de las Leliq al Tesoro, la devaluación de diciembre de 2023 y el desmantelamiento de algunas restricciones cambiarias. Sin embargo, el organismo también ha emitido advertencias sobre la necesidad de una estrategia creíble para eliminar los controles cambiarios, aumentar la flexibilidad del tipo de cambio y dar un papel más significativo a la política monetaria para facilitar el acceso a los mercados internacionales.