Sin Moyano, la CGT dialogó con el Gobierno para consensuar cambios en la reforma laboral y en Ganancias

El secretario de Trabajo, Julio Cordero, recibió este martes a una delegación de la CGT para iniciar un diálogo que permita superar el enfrentamiento y evitar un nuevo paro general. 

"En la reunión con la CGT voy a poner todos los temas arriba de la mesa, incluso el de las obras sociales", anticipó a Infobae el funcionario libertario, quien la semana próxima se reunirá con las entidades empresariales del Grupo de los Seis (G6) con la expectativa de abrir una serie de negociaciones tripartitas, con la Organización Internacional del Trabajo (OIT) como garante.

El Grupo de los Seis incluye a la Unión Industrial Argentina (UIA), presidida por Daniel Funes de Rioja; la Cámara Argentina de la Construcción (CAMARCO); la Asociación de Bancos Argentinos (ADEBA); la Bolsa de Comercio de Buenos Aires; la Cámara Argentina de Comercio (CAC); y la Sociedad Rural Argentina. Hace un mes, durante la conferencia anual de la OIT en Ginebra, Suiza, Funes de Rioja ratificó su compromiso de avanzar en un diálogo social tripartito y efectivo.

La reunión entre Cordero y la CGT tuvo lugar a las 13.30 en la Secretaría de Trabajo, ubicada en avenida Leandro Alem 650. La comitiva sindical estaba integrada por los cotitulares de la CGT, Héctor Daer (Sanidad) y Carlos Acuña (estaciones de servicio), junto con Andrés Rodríguez (UPCN), Gerardo Martínez (UOCRA) y José Luis Lingeri (Obras Sanitarias). Aunque Pablo Moyano (Camioneros) no asistió, sí fueron invitados miembros de la alianza moyanista-kirchnerista, de los cuales Abel Furlán (UOM) y un dirigente de SMATA confirmaron su presencia.

La expectativa del gobierno de Javier Milei es que la CGT acepte sumarse al Consejo de Mayo. Sin embargo, la cúpula cegetista prefiere negociar algunos puntos concretos, como la redacción del decreto reglamentario de la reforma laboral, la inflación y los despidos en el Estado. Uno de los puntos en discusión es la creación del trabajador independiente, que puede tener a su cargo hasta tres trabajadores autónomos, lo cual es cuestionado por los gremios debido a la "desprotección laboral". Otro artículo controvertido es el que penaliza los bloqueos contra empresas, considerado una "grave injuria laboral" que permitiría el despido con causa de trabajadores participantes.

Cordero abogó por un "diálogo explícito y sin condicionamientos políticos", señalando la importancia de establecer una fecha para reunir a representantes empresariales y sindicales para trabajar en temas concretos.

Gerardo Martínez, secretario de Relaciones Internacionales de la CGT, declaró: "Nuestra agenda incluye constituir una mesa de negociación para reglamentar el capítulo laboral de la Ley Bases y decirle al Gobierno que, además de bajar la inflación, necesitamos una política de ingresos y un plan de producción y trabajo".

La crisis financiera de las obras sociales también se abordará en la reunión. La semana pasada, la mesa chica cegetista cuestionó la falta de respuesta del Gobierno a este tema y se pronunció sobre una resolución de la Superintendencia de Servicios de Salud que iguala los aportes al Fondo Solidario de Redistribución para todas las obras sociales y prepagas.

El Consejo Directivo de la CGT se reunirá el 25 de este mes para debatir la reanudación del plan de lucha contra el Gobierno. Si no se logran avances en sus reclamos, podrían definir una nueva medida de fuerza. La mesa chica cegetista también decidió no impugnar la reforma laboral ni la restitución del Impuesto a las Ganancias en la Justicia, aunque apoyará los reclamos individuales de cada sindicato.

En la reunión de la CGT también se discutirá la intención del Gobierno de insistir con la democratización de los sindicatos, limitando los mandatos a cuatro años con una sola reelección posible, supervisada por la Justicia. Según Cordero, "queremos ir hacia una verdadera democratización de las elecciones sindicales, con procesos más transparentes y genuinos".

Finalmente, la reunión se produce tras semanas de intrigas y peleas internas en la CGT, con críticas al periodismo por informar sobre las diferencias internas y una insistencia en que no existen divisiones en la central obrera.