El Gobierno limitará el diálogo luego del Pacto de Mayo

Javier Milei, durante la firma del Pacto de Mayo, adoptó un tono conciliador, invitando a unirse a aquellos que no asistieron a Tucumán por "anteojeras ideológicas". Sin embargo, esta apertura tiene un límite con los dirigentes del kirchnerismo duro y la izquierda, a quienes el Gobierno acusa de obstruir la gestión.

Milei, en su discurso, buscó convocar a sectores de la oposición, sugiriendo que podrían encontrar "redención" al sumarse a las políticas de Estado del Acta de Mayo y otras reformas. Sin embargo, en el entorno presidencial, consideran improbable que el kirchnerismo y la izquierda se unan al debate. "Los que no firmaron están afuera", señaló una fuente oficial.

Además, se espera que un sector del peronismo se sume al Consejo de Mayo, y cita como ejemplo a diputados de Unión por la Patria que apoyaron la Ley de Bases y a gobernadores como Raúl Jalil, Gustavo Sáenz y Gerardo Zamora que firmaron el acta.

El Consejo de Mayo, compuesto por miembros del Poder Ejecutivo, provincias, legisladores y representantes sindicales y empresariales, tiene el desafío de evitar convertirse en una mera "mesa para la foto", como ocurrió con el Consejo Económico y Social de Alberto Fernández. Milei insistió en que las "10 ideas" del Consejo deben traducirse en anteproyectos debatidos por el Congreso.

El Gobierno dará prioridad a reformas laborales, previsionales e impositivas, y a la promoción de la inversión y la actividad. Además, impulsará la obra pública para mitigar la parálisis en la construcción y otras áreas, con un enfoque en financiar proyectos con recursos federales. Algunos gobernadores han señalado que la construcción de instituciones carcelarias y otras obras en sus provincias será financiada en gran parte por la Nación.