El Gobierno vuelve a tensar las negociaciones con Camioneros
La paritaria de Camioneros se tensa por la negativa del Gobierno a homologar un aumento salarial superior al 1% mensual. Conciliación obligatoria y amenazas de acción directa marcan el pulso entre sindicatos y el ejecutivo.
La paritaria del Sindicato de Camioneros está en un punto crítico tras la negativa del Gobierno a aprobar la última propuesta salarial de las cámaras empresariales para el trimestre diciembre-febrero. La Secretaría de Trabajo aún no ha convocado a una mesa de diálogo dentro del período de conciliación obligatoria iniciado el 20 de diciembre, con un plazo que se extiende hasta el 3 de enero, prorrogable por cinco días más. La oferta empresarial, que contemplaba un incremento del 8% en tres tramos mensuales y un bono de $600 mil, fue rechazada por el Ministerio de Economía, liderado por Luis Caputo, que insiste en no superar el 1% mensual para el inicio de 2025.
La situación se complicó aún más con la intervención de la Confederación Argentina del Transporte Automotor de Cargas (CATAC) por parte del Ministerio de Justicia, limitando así las negociaciones solo a FADEEAC y FAETYL.
Resistencia Sindical y Presión Gubernamental
El Gobierno mantiene firme su posición para no exceder el techo salarial establecido, con el objetivo de controlar la inflación proyectada. Sin embargo, la CGT ha intensificado sus gestiones con el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y Santiago Caputo, buscando flexibilizar esta postura. Octavio Argüello, en representación de la CGT, ha advertido sobre la posibilidad de un plan de lucha si no se respetan las paritarias libres: "Si el Gobierno piensa terminar con las paritarias libres vamos a terminar en un gran plan de lucha", declaró, subrayando la discrepancia entre la oferta empresarial y la aceptación gubernamental.
La paritaria es también un desafío personal para Hugo Moyano, quien debe asegurar un acuerdo que satisfaga a sus bases y evite críticas internas, especialmente de su hijo Pablo Moyano. El secretario de Trabajo, Julio Cordero, ha sido un aliado en el pasado, pero ahora su margen de maniobra es limitado por la rígida pauta salarial impuesta por Economía.
Protestas y Conciliación como Salvavidas
Ante la falta de progreso, Moyano optó por medidas de acción directa, aunque de carácter más informativo que disruptivo, realizando asambleas en empresas del sector. La conciliación obligatoria, finalmente aplicada, ha proporcionado un respiro temporal, evitando un paro en un momento en que muchos trabajadores están más enfocados en vacaciones que en movilizaciones. "Hugo zafó porque iba a quedar en evidencia que la gente no tenía ganas de parar", comentó un empresario, reflejando la tensión y la complejidad de la situación actual.
La paritaria de Camioneros no solo es un termómetro para la relación entre el gobierno y el sindicalismo sino también una prueba de la capacidad de negociación en tiempos de políticas económicas restrictivas. La amenaza de medidas de fuerza aún pende sobre las próximas rondas de negociaciones, que se prevén intensas y bajo presión.