¿Hay fantasmas en la Rosada?
Quienes transitaron esta semana los pasillos de "La Rosada" cuentan, con preocupación, que vieron a más de un funcionario pálido. Dicen, medio en broma, medio en serio, que los ministros y secretarios lucían como si hubieran visto a un fantasma en los despachos de la sede del Gobierno nacional. Estos ocasionales transeúntes sostienen que, los espectros serían viejos conocidos. Trágicos espíritus de épocas pasadas que habrían vuelto, desde el más allá, con el único fin de aterrorizar libertarios.
En particular, al que se lo vio profundamente afectado durante toda la semana, fue al Toto Caputo. El "chanchito de yeso" viene teniendo pesadillas recurrentes estos últimos días. Quienes lo conocen, afirman que con la suba del dólar y el desplome de los bonos argentinos las sufre en forma recurrente. Sin embargo, no habría nada que le crispe más los nervios que el fantasma del "coloso" Sturzenegger.
Imagínese entonces, amigo lector, lo que fue esta semana para Caputo. El "Toto", arrancó el lunes reunido con los representantes de los bancos del país, para explicarles qué había pasado el viernes a la tarde. En esa conferencia, en la que junto con Santiago Bausili (presidente del Banco Central), anunciaron que no había anuncio. De verdad, ¡no es joda!
Usted mismo evalúe cómo tomó el "no anuncio" el sector financiero. Mire mi amigo, no había terminado la reunión, y ya el Banco Macro había vendido todos los "puts" que tenía. La explicación oficial de la entidad, tampoco generó mucha confianza: "Tenemos una sobreexposición con el Banco Central", dijeron. Uno de los asistentes lo tradujo al lenguaje criollo: "Vendo todo, no vaya a ser cosa que nos claven... de nuevo".
Usted, por supuesto, se preguntará de qué desconfía uno de los actores más grandes del sector financiero del país. Voy a tratar de ser cortito. El viernes pasado, el "Toto" dijo que iban a transferir la deuda del central ("puts") al Tesoro. Con el objetivo de darle más autonomía al BCRA y así dejar de emitir (si se pregunta "¿acaso no se suponía que cuando asumió, el Javo había cortado con la maquinita de imprimir billetes?". Bueno... no fue tan así).
Estos famosos "puts", son un seguro que tienen los bancos (el Macro, por ejemplo) para prestarle plata al Estado. Es como cuando usted pide un crédito y le cobran intereses. La diferencia es que, a este "seguro", los bancos lo cobran todos los días y, por si fuera poco, pueden exigirle al Gobierno que les devuelvan la plata en un solo día. ¡Una bombita!
Al pasar los "puts" al Tesoro, el Banco Central no tendría que darle a la maquinita para pagar. Ahora, es el "Toto" el que se tiene que hacer cargo. Y aquí está el detalle del que desconfían los bancos. Para hacerlo, el "Toto" tiene que usar la plata del presupuesto. Recuerde, amigo lector, que todavía tenemos el del 2023. Porque, Massa y Milei, acordaron no presentar el del 2024.
Sin presupuesto que diga de dónde va a salir la plata para pagarles, le toca decidir a Caputo de dónde la va a sacar. Tiene para variar, sólo dos opciones: o recauda más, o ajusta más. En el primer caso, lo puede hacer aumentando los impuestos o haciendo crecer la economía. En principio, no va a pasar por ahí. El Javo ya dijo que va a bajar impuestos y, por otro lado, los pronósticos de crecimiento son bastante desalentadores. Le queda, en definitiva, un solo camino y el sector financiero lo sabe.
Otro fantasma que es consciente de esto es el FMI, por lo que no extraña que le venga insistiendo al gobierno con una misma pregunta ¿Qué tan sostenible es el ajuste?
Como si fuera poco, a las pesadillas del "Toto", producto de la desconfianza del mercado, se le sumó la oficialización del nuevo Ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico "el coloso" Sturzenegger.
La relación entre los dos no terminó bien durante el gobierno de Macri y empeoró cuando el "Fede" le pidió al Javo la mitad de la Jefatura de Gabinete y la mitad del Ministerio de Economía. Y todo eso sólo para arrancar. Por si no lo recuerda amigo lector, en el 2018, el FMI pidió que rajen al "Toto" del BCRA por patinarse los dólares para contener al "blue". Y, como reemplazo, lo pusieron al "coloso". Por supuesto, el "Fede", lo llenó de halagos.
Siguiendo con los fantasmas, amigo lector, le quiero proponer un juego. Aquí le dejo unos textuales. El desafío es sencillo. Adivine quién más tuvo un encuentro con estos seres sobrenaturales. "Hay gente que trabaja para generar inestabilidad en el gobierno, y detrás de eso hay un poder económico que opera en los mercados porque le conviene en términos políticos".
Si pensó en alguien cercano al kirchnerismo, lamento decirle que esta vuelta, le pifió. Parece que, para Guillermo Francos (jefe de Gabinete), hay fantasmas que le hacen service permanentemente al "helicóptero". Para que siempre esté en condiciones en caso de que el gobierno lo quiera utilizar. Por lo bajo, afirman que habría pedido que, en vez del service al helicóptero se lo hicieran al avión presidencial, al que se le venció el permiso de vuelo por falta de mantenimiento.
Entre los fantasmas preocupados por el estado de las aeronaves argentinas, según Francos, estaría Sergio Massa. Le adjudica responsabilidad por la volatilidad del dólar y de los bonos argentinos. Dicen que, algunos de los fondos para los que trabaja habrían jugado intensamente durante la semana. ¿Serán estas las primeras señales de resurrección?. En tierras bonaerenses hay más de un dirigente que espera con ansias la vuelta a la vida política del exministro de Economía. Dicen los que saben, que la resurrección se produciría en forma de candidato a diputado.
Por otro lado, la que esta semana se sintió atrapada en una pesadilla conocida, fue Bullrich. "La Pato", cual si hubiera sido poseída por el fantasma de Larreta, vivió en carne propia lo que ella misma le hizo al exjefe de gobierno porteño. Sólo que esta vez el verdugo fue el propio Mauricio.
Macri, haciendo gala del apodo que supo ponerle "El Turco" Asís, exterminó de la conducción del PRO a la ministra de Seguridad con un contundente 130 a 20. A "La Pato" le habían prometido la presidencia de la Asamblea del partido amarillo, pero se quedó afuera, justo cuando el Javo empezaba a poner sobre la mesa la idea de una fusión con el PRO, el partido al que, según algunos libertarios, habrían reducido a una simple sombra de su pasado.
Usted sabe, amigo lector, que incluso hasta las sombras más tenues pueden jugarle a uno una mala pasada, sobre todo si lo agarran desprevenido.
¿Fin?