La división en el kirchnerismo: Kicillof y Cristina marcan rumbos diferentes

Cristina Kirchner intenta consolidar su papel como líder del peronismo, pero Axel Kicillof se muestra cada vez más independiente. A través de gestos sutiles, el gobernador de Buenos Aires establece un límite a las presiones ejercidas por La Cámpora y su entorno. Entre sus movimientos, destaca su resistencia a convertirse en candidato presidencial y su defensa de Verónica Magario, además de no expresar apoyo explícito a la candidatura de CFK.

Un dirigente cercano a Kicillof señala que "hay que medir sus gestos y frente a quién se hacen", aludiendo a la complejidad de confrontar a la ex presidenta. Este dilema se centra en cómo definir la estrategia electoral y el rol que debería jugar Kicillof, considerando que es uno de los pocos gobernadores reelectos.

La Búsqueda de Nuevos Caminos

Las quejas en el kirchnerismo son claras: "la unidad se ha convertido en sometimiento", dicen, refiriéndose a cómo Cristina y Máximo Kirchner dominan las decisiones, favoreciendo a sus aliados de La Cámpora. Los líderes críticos subrayan la necesidad de un cambio en el método de elección de candidatos, argumentando que la comunicación de las decisiones no debería depender exclusivamente de las redes sociales.

Frente a esto, surge un nuevo espacio político, aún sin nombre definido, que busca fortalecer el liderazgo de Kicillof de cara a las elecciones presidenciales. Se percibe la urgencia de inyectarle poder y visibilidad, preparándolo para un enfrentamiento directo con La Cámpora y el cristinismo.

Un Futuro Sin Cristina

El plan de Kicillof incluye la creación de listas paralelas a las de La Cámpora, buscando así un mayor control sobre el proceso electoral. Algunas voces en su entorno sugieren que podrían no participar en las PASO, lo que significaría una ruptura con Unión por la Patria. Esta estrategia se alimenta de un creciente descontento dentro del grupo de Kicillof, exacerbado por recientes críticas de Máximo Kirchner y la falta de aviso sobre las acciones de Cristina en La Matanza.

Un dirigente bonaerense expresa con firmeza que "Axel no debe ser el candidato de Cristina, sino del kirchnerismo". La experiencia del Frente de Todos ha dejado claro que el liderazgo debe estar unificado, sin dobles mandos, para evitar repetir errores pasados.

La fractura en el kirchnerismo se vuelve más evidente, con el acto por el Día de la Lealtad organizándose sin la presencia de Cristina, lo que demuestra la intención de Kicillof de mostrar su propio poder político. En La Plata, se reconoce que la ex presidenta ha perdido influencia, y hay un creciente debate sobre su futuro como candidata.