La renuncia de Russo fue influenciada por Santiago Caputo
Russo se quejó porque el todopoderoso asesor presidencial nombraba funcionarios en su cartera sin autorización. Discutieron duramente y se fue del Gobierno. Era un aliado de Sandra Pettovello.
El ministro de Salud, Mario Russo, presentó su renuncia el pasado jueves en medio de una creciente tensión con Santiago Caputo, el influyente asesor del presidente Javier Milei, tras varios meses de diferencias en la gestión del ministerio. La salida de Russo expone un conflicto latente dentro del Gobierno, donde la influencia de Caputo ha ganado un peso significativo en la toma de decisiones. La renuncia de Russo lo convierte en el primer ministro en dejar su cargo durante la presidencia de Milei.
Desgaste, crisis y conflictos internos
La renuncia de Russo fue el resultado de un desgaste prolongado. Desde el inicio de su gestión, el ministro se sintió asediado por figuras cercanas a Caputo que, pese a tener un rango menor, tomaban decisiones clave en el área de Salud. Uno de los principales puntos de fricción fue el nombramiento de subalternos que respondían directamente al asesor presidencial, restándole poder al propio ministro. Entre estas figuras destacaban María Cecilia Loccisano, secretaria de Gestión Administrativa, y Pablo Bertoldi, secretario de Acceso a la Salud, quienes no seguían las órdenes de Russo, generando una constante fricción interna.
La situación alcanzó su punto más álgido cuando Russo intentó limitar las funciones de Loccisano, desatando un fuerte enfrentamiento con Caputo. En una llamada telefónica cargada de tensiones, el ministro se quejó de la falta de autonomía para manejar su cartera y expresó su deseo de renunciar. A pesar de un posterior intento de conciliación, Russo ya había tomado la decisión de dejar su puesto.
El reemplazo de Russo y el creciente poder de Caputo
El sucesor de Russo será el cardiólogo Mario Lugones, un hombre cercano al gremio de los gastronómicos de Luis Barrionuevo y al histórico operador radical Enrique Nosiglia. Lugones también tiene vínculos directos con Santiago Caputo, dado que su hijo, Rodrigo Lugones, es "socio" del asesor presidencial en estrategias de marketing. La designación de Lugones refuerza la presencia de Caputo dentro del Ministerio de Salud y otros organismos clave del Gobierno, como el PAMI y la Superintendencia de Servicios de Salud (SSS), donde ya ejerce una fuerte influencia.
Tensiones con el ajuste y la gestión de la crisis sanitaria
Otro factor que contribuyó al desgaste de Russo fue la presión por acelerar el ajuste en el sistema de salud, parte del plan "motosierra" impulsado por el gobierno de Milei. Si bien Russo estaba de acuerdo con la necesidad de ajustes, se oponía a la velocidad y la magnitud de las medidas que le exigían, como el cierre de centros de salud y el despido masivo de empleados. En las últimas semanas, el exministro se enteró por la prensa de decisiones que afectaban a su cartera, como el cambio de jurisdicción del Hospital de Salud Mental Laura Bonaparte, una medida que él no había autorizado.
A pesar de las tensiones, la relación de Russo con el presidente Milei terminó en buenos términos, según fuentes cercanas a ambos. Sin embargo, la salida del ministro pone de manifiesto las dificultades que enfrenta el Gobierno para mantener el control interno en medio de un creciente poder de asesores como Santiago Caputo, quien ha ganado cada vez más influencia en decisiones clave dentro de la administración.
El futuro del Ministerio de Salud bajo Lugones
Con la llegada de Mario Lugones, el Ministerio de Salud entra en una nueva etapa, marcada por la continuidad del grupo cercano a Caputo y una mayor injerencia en áreas críticas del sistema sanitario. Se espera que Lugones, quien ya tiene vínculos con el PAMI y la ANMAT, implemente las medidas de ajuste con mayor celeridad, en línea con las expectativas del equipo de Milei.