Monseñor Ojea defendió al Papa Francisco y criticó la criminalización de la protesta
El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina abordó el polémico discurso del Papa en el que se refirió al uso de gas pimienta por parte del gobierno nacional, advirtiendo sobre la legitimidad de las protestas sociales.
Monseñor Oscar Ojea, presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, salió en defensa del papa Francisco tras las críticas que generó su reciente discurso en el Vaticano. En este contexto, Ojea denunció que "se está criminalizando la protesta legítima" y enfatizó que el uso de gas pimienta para reprimir manifestaciones es una respuesta inaceptable ante situaciones de violencia social.
Durante una entrevista, Ojea explicó: "Cuando una persona sale a la calle por falta de trabajo, ha vivido la violencia de sentirse fuera de trabajo o sin posibilidades de conseguirlo. Esta es la primera violencia. Si a esa violencia se responde con más violencia, me parece que estamos criminalizando la protesta".
La controversia estalló cuando el Papa, en un evento donde estuvo presente el dirigente Juan Grabois, mencionó que el gobierno "pagó el gas pimienta en vez de justicia social". Este comentario fue interpretado por algunos sectores como una crítica directa a la administración actual.
Ojea Rechaza el Etiquetado de "Papa Peronista"
Además de abordar el uso de la represión, Ojea rechazó que Francisco sea considerado como "jefe de la oposición" y aclaró que el Papa no debe ser reducido a una etiqueta política. "Definirlo como ‘papa peronista' es pretender achicarlo, empequeñecerlo", afirmó. Ojea resaltó que el mensaje del Papa es universal y va más allá de las divisiones políticas nacionales.
En relación a las recientes agresiones a Grabois, Ojea condenó estos actos de violencia, afirmando que "son una reacción cobarde y de enorme violencia". Recordó que incluso el presidente Milei había expresado su solidaridad con Grabois tras un episodio similar.
La Llamada a un Diálogo Constructivo
La entrevista también tocó temas relevantes como el narcotráfico y la ludopatía, donde Ojea advirtió sobre la grave situación que viven los barrios vulnerables. "Si no nos preocupamos por políticas públicas en los barrios carenciados, los estamos entregando al narco", alertó, enfatizando la necesidad de un enfoque que priorice la justicia social.
Ojea concluyó su declaración instando a la necesidad de diálogo en lugar de confrontación: "Lo que nos está faltando es poder hablar, poder conversar. Hemos caído en el puro insulto, como si estuviéramos ya viviendo un ‘espíritu de guerra'".
Este pronunciamiento de monseñor Ojea no solo defiende la figura del Papa, sino que también llama a una reflexión crítica sobre la violencia estatal y la legitimidad de las protestas en un contexto de creciente desigualdad.