El reciente anuncio de un aumento de más del 400% en el presupuesto municipal de San Miguel de Tucumán ha generado controversia entre los ciudadanos y algunos políticos. Con una asignación de más de 8.000 millones de pesos, las críticas apuntan hacia lo que consideran un gasto excesivo y desvinculado de las necesidades reales de la población.

"Este aumento nos parece desproporcionado, especialmente considerando el contexto socioeconómico que estamos atravesando", señala Carlos Ale, concejal y uno de los críticos principales. "No refleja la realidad de una ciudad donde el 40% de la población vive en situación de pobreza y el 10% en condiciones de indigencia".

Entre las principales objeciones al presupuesto se encuentra la falta de atención a temas urgentes, como el cambio climático y la necesidad de conectividad en varios barrios de la ciudad. "No podemos pedir conectividad cuando muchos de nuestros vecinos no tienen acceso a servicios básicos", agrega Ale.

Otro aspecto destacado es la ausencia de medidas para hacer frente al brote de dengue que afecta a la región. "El dengue es una enfermedad asociada a la pobreza, y la Municipalidad no está haciendo lo suficiente para combatirla", lamenta un residente. "Faltan políticas de prevención y coordinación con el Ministerio de Salud".

Además de las críticas al monto asignado, también se cuestiona la falta de un plan detallado sobre cómo se utilizará el presupuesto. "No basta con asignar fondos, es necesario tener un programa claro de trabajo", sostiene un analista. "El presupuesto carece de transparencia y no ofrece garantías sobre cómo se llevarán a cabo las inversiones".

Ante estas críticas, algunos sectores proponen una revisión del presupuesto municipal para priorizar las necesidades más urgentes de la población. "Es necesario atender las demandas sociales y garantizar que los recursos se utilicen de manera efectiva", concluye un líder comunitario. "La Municipalidad debe demostrar sensibilidad ante las necesidades de los ciudadanos".