¿Se empachó el león?

Esta semana conocimos a Leila, la encarnación viva del milagro que logran las fuerzas del cielo entre macristas, kirchneristas, larretistas, massistas y demás "istas" que andan dando vueltas en busca de alguien en quien creer. Leila es la subsecretaria legal del Ministerio de Capital Humano, el ministerio de Sandra Pettovello (la mejor ministra de la historia). En la práctica, Leila es la mano derecha de la ministra (si ella es la diestra, amigo lector, no quiero saber quién es la siniestra).

Pero Leila, que además de ser una potencial desempleada en caso de que el Javo cumpla con sus amenazas de destruir (cual topo, infiltrado en las filas enemigas) al Estado, es autora de una frase que, tranquilamente, podría pasar a la historia. Es que, en medio de un enfrentamiento verbal con Juan Grabois, que luego de la audiencia judicial por el tema de las cinco toneladas de alimentos sin repartir, le recriminó lo volátil de su fé, Leila le soltó al pasar: "El león se comió a los pingüinos". Déjeme decirle amigo lector, que no había escuchado mejor definición del momento actual de la política.

Desde que ganó las elecciones, el león (con sus nuevos creyentes) es el único que come en esta fiesta. Al resto de los invitados o no les llegó la invitación (como a Mauricio) o se perdieron en el camino (como De Loredo y Pichetto) o se fueron en la entrada (como Píparo y Posse). Otros, están con la ñata contra el vidrio (salvo Scioli, claro), viendo como el león disfruta de su show, de sus entrevistas en medios internacionales o de sus visitas a los grandes empresarios del mundo. Algunos se enojan, otros lo critican, pero lo cierto es que, si la ven, lo hacen desde afuera. O lo hacían.

Vea amigo, diría un humorista tucumano, tengo la sensación de que, en el Luna Park, el león pecó de gula y comió demasiado. Lo digo porque desde entonces anda adormecido, con los reflejos más lentos y torpes de lo usual, sobreactuando algunas veces y derrapando otras. Esto al león no le pasaba.

Desde que interpretó panic show, el Javo viene cometiendo errores no forzados (en criollo, metiendo la pata). Logró tener al jefe de Gabinete más breve de la historia, su primer enfrentamiento judicial y su primera causa de corrupción. Tuvo, también, su primer desabastecimiento de combustibles y logró aumentar el promedio de renuncias de funcionarios a uno cada cuatro días. Además, pasó por su primera corridita cambiaria, por la media sanción de una ley completamente opositora y el primer anuncio de veto presidencial de su mandato.

Si el Javo hubiera estado fino (o en el país, quien sabe), lo de la corrupción quizá no hubiera sucedido. Recuerde que a Sandra la denunciaron por no entregar alimentos y ella, para cubrirse, expuso la cabeza de De La Torre. A Pettovello no se le ocurrió nada mejor que denunciar a su funcionario por corrupción y destapar una olla de ñoquis tercerizados que, parece, daría de comer a todo el ministerio. La presión sobre Sandra (su espada contra la corrupción) fue tal que, apenas bajado del avión, fue la primera persona que el Javo vio, mientras mandaba a todo el gabinete a respaldarla.

Por otro lado, parece que por la modorra, el león no vio lo que se cocinaba en el Congreso. La Ley Bases había funcionado como un ancla en el parlamento porque, con su tratamiento, tuvo entretenidos por seis meses a diputados y senadores. En la práctica, puso a oficialistas, dialoguistas y oportunistas de un lado y opositores del otro. Sin la Ley Bases, los diputados se vieron con las manos libres y dieron media sanción a una ley que, según dicen, recompondría las jubilaciones.

En otro momento, el Javo hubiera visto que los radicales y los dialoguistas venían coqueteando con el peronismo, Dos veces amagaron con una sesión que tuviera agenda opositora propia y, dos veces, el gobierno logró frenarla a tiempo. Quizá porque ahora juega en otra liga, el Javo no vió que en el torneo local los diputados consiguieron dos tercios de los votos. Ese número es muy (muy) importante. No porque puedan insistir contra el veto del presidente (que pueden), sino porque hay dos sombras que empiezan a asomarse peligrosamente en el Congreso.

La primera de las sombras, que sería un golpe político importante al Gobierno, es el rechazo del DNU. Para hacerlo, la oposición necesita convocar a una sesión y conseguir la mitad más uno de los votos en contra del decreto. Los insultos a Pichetto y el destrato constante a los radicales no estarían ayudando a evitarlo.

La segunda de las sombras, más grave y siniestra, agitada (irresponsablemente, si se me permite la toma de posición) esta semana por dos periodistas afines al gobierno (Jhony Viale y Alejandro Fantino), es la del juicio político. Se requieren dos tercios de los votos para iniciarlo. No se olvide que el primer jefe de bloque de diputados de la Libertad Avanza voló por los aires cuando, en una interna entre libertarios, Marcela Pagano fue designada como presidente de la comisión en vez de Venegas Lynch (el de los niños y los talleres). Oscura viene la cosa.

Para ir cerrando, en el plano local, el tema de la franquicia de LLA para las elecciones del año que viene va tomando forma. El presidente de CREO (el partido que todos los 29 cocinaba ñoquis frente a la Legislatura) salió a cruzar al gobernador. ¿Tiene algo que ver con el hecho de que Paula Omodeo tiene que renovar banca el año que viene? ¿O es porque desde el partido de la sociedad rural trabajan día y noche para quitarle la franquicia de LLA a Ricardo Bussi, primer libertario de Tucumán?

Igual, a Murga (CREO) y Bussi (Fuerza Republicana) ya se les adelantó Macome, el legislador del PRO ya hizo los trámites en la Legislatura para que su bloque se llame "LLA". Tito Colombres Garmendia (exlegislador y miembro de la dirección del partido amarillo en Tucumán) le salió al cruce y le pidió la banca porque, a su parecer, le corresponde al partido y no a la persona. ¿No se acuerda lo que le pasó a Bussi en medio de la interna del peronismo? Ricardo todavía sigue esperando que le devuelvan las dos que el PJ se llevó.

A todo esto ¿En qué anda Germán Alfaro? Pregunto porque, esta semana, Carlos Arnedo, (presidente del PJS en el Concejo Deliberante) renunció al cargo y armó su propio bloque. Según él, porque hay ausencia de conducción en el partido del ex-intendente ¿En qué andará tan ocupado Germán que se olvidó de sus antiguos funcionarios? ¿Es una candidatura lo que se ve a lo lejos? ¿Habrá que sacarle una letra a las siglas del partido?

Finalmente, amigo lector, permítame un consejo: esta semana coma liviano y manténgase atento porque, el miércoles a las 10, arranca la sesión en el Senado para tratar la Ley Bases.

¿Fin?