Y vos, ¿La ves?
Mientras Alberto Fernández está en el foco de la opinión pública, pasaron otras cosas en el país. ¿Qué es lo que vemos y qué es lo que no vemos?
En esta oportunidad, amigo lector, me voy a tomar el atrevimiento de pedirle que relea el último párrafo de la columna del sábado pasado (puede hacerlo aquí). Allí le decía que, la anterior, había sido una buena semana para el Javo porque, poco y nada, nos habíamos fijado en él y en su gobierno. Y, como si fuera una continuación natural, esta semana pasó lo mismo.
¿Acaso usted se enteró que el Javo se fué hasta Vaca Muerta y luego cruzó a Chile para reunirse con empresarios vinculados al petróleo y al gas? ¿O que por fin el RIGI (Régimen de Incentivo a Grandes Inversiones) se va a reglamentar? ¿O que ya son tres los cargamentos con reservas en oro del BCRA que habrían sido despachados a Gran Bretaña? ¿O tuvo noticias sobre el préstamo de entre dos mil y cinco mil millones que está buscando el "Toto" Caputo con un pull de bancos privados, entre ellos con el Santander? ¿Acaso se enteró de que, las reservas netas del BCRA bajaron (de nuevo) a cuatro mil millones negativas desde que el liberalismo mileista interviene el mercado del dólar "contado con liqui"?
¿Ahora me cree, amigo lector, cuando le digo que fue una buena semana para el Javo? Todos anduvimos prestando atención a otras cosas. Algunas nos hacen sentirnos orgullosos de ser argentinos, como la medalla de bronce de las leonas en jockey, la medalla de plata que Bosco y Magdalani conquistaron en regata, y, por supuesto, el oro del "maligno" Torres en BMX.
Sin embargo, hay otras cosas a las que, esta semana, también prestamos mucha atención y, difícilmente, tengan la más remota posibilidad de enorgullecernos. Usted, me imagino, está al tanto, pero nunca está de más refrescar un poco la memoria.
Resulta que Carlos Rívolo (fiscal federal) imputó al expresidente de la nación, Alberto Fernández, por tráfico de influencias en la contratación de seguros por parte del estado nacional. Es que Alberto había firmado un decreto que obligó a todos los organismos del estado a contratar los seguros con Nación Seguros, del Banco Nación. Ahora, como en todo, hay intermediarios y, en principio, el esposo de la secretaria privada de Alberto habría sido el "recomendado" para intermediar. Por supuesto, comisión jugosa de por medio.
Si se hubiera terminado ahí, de ser condenado, Alberto sería un funcionario corrupto más en una larga lista. El tema es que, el fiscal, habría encontrado chats, fotos y videos que probarían que, el expresidente, habría ejercido violencia física y psicológica contra su esposa, Fabiola Yañez.
Pero espere, aún hay más... porque no solamente se filtraron al periodismo los mensajes y las imágenes con marcas de golpes en el rostro y brazos de la primera dama. También salió a la luz un video del expresidente, en el despacho presidencial, chichoneando (diría mi abuela) con Tamara Pettinato. La filtración salió acompañada por los registros de visitas (bastante breves por cierto) que la periodista habría realizado a la quinta presidencial de Olivos.
Sobre el tema hay quienes, perversamente por supuesto, ven en el repentino maremoto que se llevó puesto a Alberto, la mano negra de la SIDE. Casi como si fuera una especie de demostración de poder que justifique, ante los ojos del todopoderoso asesor monotributista, la "inversión" del gobierno en esta secretaría.
Otros, con igual dosis de perversidad y un gusto particular por las secuencias de los acontecimientos, vieron sorprendidos la extraña correlación entre los datos que difundió este jueves el INDEC y la avalancha de cuentas "filo-libertarias" que salieron, cuál diluvio universal, a inundar las redes con las fotos de Fabiola y el video de Alberto con Pettinato.
Espere, sé lo que me va a decir. Una cosa es la correlación y otra la causalidad. Ese fue mi argumento cuando comentaron esta hipótesis. Sería demasiado afirmar que, como los datos del INDEC fueron desastrosos, la banda libertaria salió a taparlos con la cuestión Alberto. Eso sería como decir que, porque una película tuvo poca audiencia, los mercados globales se desplomaron. Solo una desafortunada coincidencia. ¿O no?
Hablando de mercados globales, cómo será de rara la Argentina que, todos juntos y a coro, los liberales libertarios anarcocapitalistas del país celebraron este lunes seguir con el cepo cuando, todo el libre mercado global, se desplomaba atemorizado por la sola mención de la posibilidad de que Estados Unidos entre en recesión.
En realidad, los que saben, explican que se debió a la "sorpresiva" suba de tasas del Banco Central de Japón. Resulta que los japoneses prestaban plata barato y los inversores financieros (esos que son amigos del "Toto") la usaban para comprar activos más caros, venderlos y sacarles un porcentaje. Un rulo financiero, como el de toda la vida. El tema es que, de repente, se volvió más caro devolver la plata y todos se espantaron. Cosas del mercado.
Por cierto, otro de los amigos del "Toto" que esta semana anduvo haciendo de las suyas fué "el coloso" Sturzenegger. El flamante Ministro de Desregulación y representante del Poder Ejecutivo en el Concejo de Mayo (la comisión que creó el Presidente para que sirva de algo el Pacto de Mayo) propuso, esta semana, desregular las licencias de conducir y terminar con la renovación cada cinco años. Fede quiere que, en principio, sean de por vida. Las malas lenguas dicen que, en realidad, es porque debe casi tres millones de pesos en multas por exceso de velocidad. Así, si no tuviera que renovar nunca más la licencia, se ahorraría unas moneditas.
¡Casi me olvido! Hablando de ahorrarse moneditas, Mariano Macri (hermano de Mauricio) fue a la justicia diciendo que Socma, empresa del grupo Macri, habría presentado balances truchos, lavado activos (en criollo, blanqueado guita) y que, por si fuera poco, habría evadido impuestos, falsificado documentos públicos y defraudado al estado. Como usted sabe, esta es una lista de delitos federales y, en Comodoro Py, las causas se asignan por sorteo. A que no adivina a quién le tocó, justo diez días después de que Mauricio, en su reaparición pública, dijera que el PRO no le iba a votar el pliego para juez de la Corte Suprema. Si, a Lijo. En los pasillos de tribunales dicen que, el afortunado juez, suele repetir, al estilo del slogan de Margarita Stolbizzer, "yo ya gané".
Algo parecido habría dicho este viernes "el mago del Kremlin" (como bautizó el periodista Carlos Pagni a Santiago Caputo) cuando vió el reporte de impacto digital y mediático de la semana. El cultor de la frase "no la ven", parecía satisfecho cuando lo fotografiaron saliendo de Casa Rosada. Misdirection, lo habrían escuchado añadir.
¿Fin?